Foto: El País

Formas de estar lejos, Edurne Portela

Nos encontramos ante un libro cuyo tema principal es la violencia de género. Alicia es una joven vasca que tiene una beca y se va a trabajar a una universidad de Estados Unidos. Allí conoce a Matty y comienzan una relación que acaba en boda. Al enamoramiento del principio le siguen la incomunicación, la tristeza, la rutina, el miedo y finalmente la ruptura. Si analizamos el carácter y personalidad de la pareja observamos que no tienen nada en común. Sus orígenes y educación han sido diferentes. Alicia es hija única y ha crecido en una familia de clase media donde hay buena armonía; mientras que Matty vivió en la estrechez y la violencia. Dominado por un padre racista y maltratador. “Un padre al que se le teme y respeta de pequeño y de mayor se huye de él”. Matty y Alicia pasan mucho tiempo juntos, pero realmente están solos. No comparten el mismo proyecto vital, ni siquiera aficiones. Las expectativas que tiene Matty sobre lo que debe ser una mujer casada chocan con la forma de ser de Alicia. Por eso intenta cambiarla y que sea como él quiere. Que sea una mujer normal. Como no puede conseguirlo, acaba deteriorándola, la anula. La va aislando de los pocos amigos o conocidos que ha hecho en la universidad y la controla en todos los aspectos: económico, social, sexual, incluso reproductivo. ¿Cómo una mujer con una personalidad fuerte y de probada capacidad intelectual es capaz de ceder y no reacciona? Aquí reproducimos una justificación de la protagonista: “Por no aguantarlo, por no soportar los reproches, insultos encubiertos, comentarios despectivos”… La vida de Alicia empezó a torcerse y se convirtió en una mujer que se encerraba a llorar en un armario. Luego viene el sentimiento de culpa. Asume que es ella la causante de que la convivencia vaya mal y con su tendencia a la introspección analiza en qué aspectos está fallando y se reprocha por ejemplo sus despistes o torpezas, que no quiera tener hijos (en este aspecto no cede), y que siempre está metida en sus libros y no le preste a él toda su atención. En esta pareja la violencia física se aprecia en pequeños detalles; es el dominio total, el maltrato psicológico lo que acaba destruyendo a Alicia. Las relaciones más violentas que aparecen en la novela son las protagonizadas por los padres de Matty. Por otra parte, en esta obra también están presentes las relaciones entre profesores y alumnos  en el campus. Hay denuncias de alumnas a un profesor por abuso sexual. También se pone de manifiesto el machismo, discriminación y violencia contra las mujeres en las fraternidades y que las historias que se cuentan responden a una cultura y sociedad en que esto se ha normalizado y la universidad las silencia.

La novela nos gustó y convenció. Edurne Portela convierte en ficción un tema arriesgado: la violencia de género y el maltrato psicológico. Ha sido muy acertada la estructura narrativa que ha empleado. La obra consta de un prólogo, dos partes y un epílogo, todos titulados y que responden al contenido de los mismos. La disposición temporal que utiliza es In media res. El papel de narrador está focalizado en los dos personajes, lo que nos permite tener una visión más completa. Matty no se considera un maltratador. Él se ve como un hombre sensible que respeta a las mujeres. Nunca ha tratado a Alicia como su padre trataba a su madre. Nunca le ha pegado. Sin embargo, Alicia cuando ya  se han  divorciado siente pavor ante la posibilidad de que él pueda entrar en su casa, es incapaz de racionalizar el miedo: “Imposible acallar el zumbido de los oídos, parar el bombeo del corazón, acompasar la respiración, controlar el pánico”. Además la elección de los espacios donde transcurre la acción desempeña una función esencial porque son lugares aislados. Viven en urbanizaciones cerradas, se trasladan a distintas ciudades lo que no ayuda a tener amistades. Dos elementos naturales presentes en la novela como el frío y la nieve también crean un ambiente solitario y aislado: “La nieve crea un ambiente propio, irreproducible. Hace que la realidad se suavice, que los contornos se difuminen, que se pierdan los ángulos. Crea una visión particular del silencio. La nieve protege. La nieve es una forma de estar lejos”.

Emilia Méndez Pérez