Albert Chinualumogu Achebe fue un escritor, filósofo y profesor nigeriano. Novelista, poeta y crítico literario, es sobre todo conocido por una de sus obras, Todo se desmorona, una de las novelas africanas más leídas en el mundo. Nacció el 16 de noviembre de 1930, en Ogidi, Anambra, Nigeria. Murió el 21 de marzo de 2013 en Boston, Estados Unidos. Educación en la Universidad de Londres y la Universidad de Ibadán. Premios: Premio Booker Internacional, Premio de la Paz del Comercio Librero Alemán
Todo se desmorona, Chinua Achebe.
Este autor nigeriano está considerado como el padre de la literatura africana moderna. La novela se publicó en 1958 en inglés y no en su lengua natal igbo porque pretendía llegar al mayor público posible. La Premio Nobel sudafricana Nadine Gordimer declara que a él le debe su vocación literaria desde que en su adolescencia la leyó y comprobó que un negro africano podía contar historias que ella llevaba en sus genes. “Achebe me dio los ánimos, la motivación y el tono”. Por otra parte, Mandela se refería a este autor como “el escritor que enseñó África al mundo”.
El conflicto generado por el choque de la cultura aborigen y la blanca es el tema principal del relato. La acción se desarrolla en Umofia, un lugar ficticio de Nigeria a finales del siglo XIX, cuando empezaron a llegar a la región los misioneros británicos. Los igbos vivían en una sociedad estructurada a través de leyes, normas e instituciones y sus propias creencias religiosas. La llegada del primer misionero blanco crea tensiones y divisiones internas en la población. Además surgen Comisionados de Distritos que eliminan la capacidad de los nativos para participar en la toma de decisiones, añadiendo los componentes racistas y de explotación. La colonización europea es la tercera parte de la novela. Desde nuestro punto de vista es la menos extensa, está poco desarrollada y se cierra de forma rápida. Sin embargo, el lector saca sus propias conclusiones porque en la primera y segunda parte Achebe retrata como un etnógrafo la vida de sus antepasados. A través de las vicisitudes protagonizadas por el personaje principal, Okonkwo percibimos los cambios dramáticos que experimenta su sociedad como consecuencia de la colonización. Pongamos un ejemplo que sirva para comparar la forma de impartir la justicia. En el sistema tradicional de los igbos los habitantes llevan sus quejas al grupo de los nueve ancianos que le dan solemnidad al acto vistiéndose como dioses y enmascarándose. Acude todo el pueblo y arreglan las disputas de forma pacífica. Sin embargo, las cortes de justicia de los blancos discuten el caso a espaldas de todos y lo más grave, le tienden una trampa al respetado hombre del clan que viene a dialogar de forma civilizada. Además, las creencias religiosas chocan también frontalmente con el cristianismo. Su sistema religioso está muy unido a su ambiente natural. Sentían temor por el Bosque Maligno. Adoraban a Ani, la diosa de la tierra y de la fertilidad. Consultaban a los espíritus de sus padres difuntos por medio de Agbala, oráculo de las colinas y de las cuevas. Sorprende el gran respeto que profesaban por todos los ritos religiosos y a la norma moral derivada de ellos. Se les exigía comportamientos que causaban mucho dolor; como por ejemplo la muerte de los gemelos recién nacidos, considerada una ofensa para la diosa tierra. No lo consideraban una crueldad, no lo hacen por maldad, sino por el cumplimiento de la ley. La nueva religión, que predicaba la igualdad para todos los hombres, fue bien acogida por los oprimidos del clan, los que no tenían títulos ni privilegios, los que llamaban efulefu, hombres inútiles e ignorantes. Los conversos son los que empiezan a romper las normas de su sociedad y de su cultura original.
Nos ha gustado esta novela por la forma de narrar de Achebe que se basa en la tradición oral del pueblo igbo. Por eso, incluye los recursos característicos de este género, como los cuentos y las canciones populares, además de proverbios que sirven para ilustrar los valores tribales. Elige muy bien el vocabulario y su lenguaje está vinculado a la naturaleza. En esta cultura es muy útil el uso de la oratoria, por eso es tan respetado Oberika, uno de los personajes de este relato, que se expresa de forma apasionada y convincente en los acontecimientos que ocurren en su clan. Asimismo las secuencias descriptivas son de una gran belleza: “El llanto lejano y débil de las mujeres se posaba en la tierra como un sediento de dolor”.
También nos centramos en el héroe de esta novela, Okonkwo, hombre fuerte y orgulloso, que intentó evitar la colonización y que se vio abocado a un destino trágico, igual que su pueblo.
Desde luego, si el propósito de Achebe al escribir esta novela era crear una conciencia nacional entre los africanos y que los europeos tuviéramos otra visión diferente de África, lo ha conseguido. Por eso, recomendamos esta lectura.
Emilia Méndez