LEVIATÁN
“Todos los Estados reales son corruptos”, Ralph Waldo Emason. Con esta cita tan llamativa reflexionamos qué relación puede tener con el contenido de esta novela.
La obra comienza por el desenlace. Un hombre muere destrozado al borde de una carretera mientras manipulaba una bomba. Se desconoce su identidad y agentes del FBI están investigando los hechos. Al leer en la prensa esta noticia, un escritor intuye que la víctima puede tratarse de un íntimo amigo suyo y quiere escribir sobre él antes de que puedan aparecer otras versiones falsas. Su intención no es justificarlo, sino mostrar la verdad. A partir de aquí Peter Aaron nos cuenta la historia de Ben Sachs y su propia vida desde que se conocieron unos quince años antes. No se trata de una novela autobiográfica, pero hay bastantes paralelismos entre Aaron y Paul Auster. Así, observamos que personas reales y acontecimientos de su vida aparecen en la ficción, con lo que la credibilidad en lo relatado aumenta. El estilo ingenioso de Auster nos seduce una vez más y asistimos a sus recurrentes recursos literarios. Afirmamos esto porque aquí están presentes las historias que se cruzan, las anticipaciones, igual que la complejidad de la trama y también cómo resulta determinante el azar y las casualidades porque generan hechos imprevisibles y que influyen decisivamente en el destino de los personajes que el autor describe con un alto grado de detalles. Sigue leyendo