El día fue el apropiado, 27 de Noviembre, día del Maestro por derecho propio y antesala del temporal que estaba por venir. Esta vez fue el municipio de Santa Úrsula el elegido para nuestra visita. En primer lugar nos dirigimos hasta La Quinta por la urbanización trasera al Hotel. Pie en tierra deambulamos hasta el mirador, deteniéndonos en el remodelado parque en el que llamó la atención una original escultura ampliamente comentada y fotografiada. Mientras a lo lejos el Teide, camuflado entre nubes, observaba divertido la escena.
Para muchos el paraje era completamente nuevo .
Posteriormente nos dirigimos al Ayuntamiento donde gentilmente nos recibió la segunda Teniente–Alcalde en el Salón de Plenos. Después de las palabras de bienvenida hubieron algunas intervenciones porque siempre hay anécdotas que contar, acaecidas en el municipio en cuestión, por alguno de los nuestros. Finalizada la visita nos dirigimos a lo que era el objetivo de nuestra salida: la Gran Castañada. El escenario escogido fue el Farrobillo. Ni que decir tiene que el menú fue el plato típico de la gastronomía canaria: Pescado salado con papas y boniatos precedido de entrantes, siendo la estrella la castaña, y todo ello regado con abundante vino de la tierra .
Después, ya se sabe, todos más amigos que nunca….Las cuartetas de Moisés dieron el pistoletazo de salida. La rondalla, en su versión más libre y parrandera, animó lo que animación ya no necesitaba. Todo era agilidad y movimiento. Por unos instantes los años desaparecieron y los achaques concedieron tregua. En casa esperaría el sofá. Nos dijimos adiós pero sabíamos que sería hasta muy pronto . Texto de José Mª Moral
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