Ellas tampoco saben por qué, María Gutiérrez. Editorial Idea.
Con la lectura de los relatos Ellas tampoco saben por qué de la escritora canaria María Gutiérrez clausuramos el curso 2013-2014 en el club de lectura.
La reunión tuvo lugar en la librería de Mujeres y durante dos horas Puri nos reveló su trayectoria literaria. Confiesa que desde siempre ha sido una gran lectora y que también le gustaba escribir. Fue después de su jubilación, al disponer de más tiempo libre, cuando acudió a la Escuela Canaria de Creación Literaria y tuvo la posibilidad de publicar en 2009 un libro de microrrelatos gracias a Félix Hormiga, Chilajitos, que tuvo una magnífica acogida, pues fue reeditado y ya se ha agotado. Además, fue a Japón para asistir a un curso de haiku, poesía japonesa, del que se siente muy satisfecha y que ha seguido practicando, pues ella imparte talleres. Ahora mismo en la Escuela de Verano de La Laguna.
Habló sobre la elección del título, también sobre el diseño de la portada, que se trata de un cuadro de Julia Botanz Guimerá, del que es propietaria y que además le encanta. Puri es muy habladora y se extiende muchísimo en las anécdotas y recuerdos que luego convierte magistralmente en narraciones. Por eso, esta última tertulia fue un éxito. Lleno total en la librería de Mujeres, participación de las componentes del grupo, porque la invitada es amena y a las preguntas que surgieron respondía con sencillez y sinceridad.
Una vez acabada la reunión, fuimos a cenar con la autora y con Izaskun, la dueña de la librería, y seguimos hablando del libro y de otras novedades literarias.
El libro que nos ocupa consta de doce relatos de extensión desigual cuyas protagonistas son mujeres marcadas por un destino inevitable, del que no pueden huir, y que en su vida cotidiana se enfrentan con el amor, el dolor, el miedo, la soledad, la incomprensión, el maltrato… Todo ello narrado con gran sencillez y emoción. Tenerife es el espacio en el que se sitúan la mayoría de los relatos. Unos transcurren en lugares urbanos, como La Laguna en La Darrah; o en Santa Cruz, Arraigo incipiente. Otros se desarrollan en el campo, Dobles parejas. El mar está presente en este paisaje insular y la autora muestra una gran sensibilidad cuando lo describe. “Se arrebujó en el camisón y abrió la ventana para aspirar con intensidad el aire del amanecer. Apoyada en el alféizar escudriñó el horizonte, aún oscuro, en busca de la línea azul de la mar. Volvió la cara aguzando el oído para sentirlo rugir batiendo la pared del acantilado, y a los callaos rodando en la orilla a merced de las olas”. (Pág. 16). Encontramos en esta obra rigor y oficio literario por la utilización de distintas voces narrativas, la disposición temporal, el uso acertado del léxico canario, los efectos expresivos y la caracterización de los personajes.
Para los que aún no lo hayan leído, lo recomendamos.