CLUB DE LECTURA: COMENTARIO

Nell Del color de la leche
Nell Leyshon

Comenzamos este curso con la lectura de una novela conmovedora y muy dura, no sólo por su trama compleja, sino también por los temas que aborda. En la novela la autora utiliza hábilmente los elementos narrativos. Primero por la elección de la protagonista y del resto de los personajes que contrastan abiertamente con las peculiaridades de Mary. Segundo por la técnica narrativa utilizada, que nos ha llamado mucho la atención.

 Mary, la protagonista de esta historia, narra en primera persona su vida. Lo hace a modo de confesión y de manera urgente, angustiada por el poco tiempo del que dispone. Para poderla contar aprende a leer y a escribir. La acción se sitúa en una zona rural de la campiña inglesa y transcurre entre la primavera de 1830 y termina también en la primavera de 1831. Por lo tanto, el tiempo del relato es un año.   El fluir temporal discurre paralelo a las estaciones, de las que la narradora destaca elementos del paisaje y las labores agrícolas que se practican en cada temporada. La protagonista es analfabeta, tiene catorce años, su pelo es del color de la leche y tiene un defecto en la pierna que le dificulta caminar. Igual que sus hermanas y el resto de la familia tiene que trabajar duramente en la granja. Su padre es un tirano que maldice el no tener sino hijas. El único que le profesa cariño es su abuelo. A pesar de todas estas adversidades, es enérgica, posee inteligencia natural y mucho sentido común, nos admira su sinceridad y su agudeza verbal, que en algunas ocasiones le da un toque de humor a la lectura. Su vida cambia cuando es obligada por su padre a trabajar en la casa del vicario para cuidar de su mujer enferma. Allí todo es diferente. Se encuentra con objetos que desconocía. Descubre el mundo de los libros. El vicario, con la Biblia, la enseña a leer y a escribir. La presencia de Mary se hace imprescindible. Su picardía y forma de ser sirven como contrapunto a esta familia de clase privilegiada.
En cuanto a la técnica narrativa que ha utilizado Leyshon en esta obra, destacamos su capacidad de abstracción para reproducir la forma de pensar y de expresarse de una chica analfabeta que está aprendiendo a leer y escribir y que además su historia es creíble. Nos enfrentamos a un texto más propio del lenguaje hablado que al escrito. No emplea las mayúsculas en ningún momento, apenas emplea signos de puntuación. Economía del lenguaje, sencillez de vocabulario y de sintaxis. Al principio utiliza mucho las oraciones simples y las coordinadas copulativas; sin embargo, a medida que va escribiendo, observamos el proceso de aprendizaje porque introduce subordinadas y aparecen otros signos de puntuación. La narradora tiene una gran capacidad descriptiva, limitada a lo que ve y conoce. En las descripciones se percibe igualmente el cambio. Veamos algún ejemplo. “mi pierna es mi pierna y nunca he tenido otra pierna. Así ha sido siempre y así he caminado siempre…” Frente a esta otra:“ Miré por todo el cuarto. La alfombra que había en el suelo debajo de mí, era suave, y había libros de todos los colores a la luz de las velas…”También en sus reflexiones vemos más madurez: “A veces tener memoria es una buena cosa, porque ahí está la historia de tu vida y sin ella no habría nada, pero a veces tu memoria guarda cosas que preferirías no volver a saber nunca y, por mucho que intentes quitártelas de la cabeza, siempre vuelven.” Igual que en la lengua oral, utiliza mucho las  repeticiones. Los capítulos se corresponden con las estaciones del año y siempre empiezan así: “este es mi libro y estoy escribiéndolo con mi propia mano. En este año del señor de mil ochocientos treinta y uno…”
La narradora con la sencillez propia de su edad y el acceso a la escritura es capaz   de hacernos partícipes de unos hechos, que cada vez se vuelven más inquietantes. Desde el principio intuimos que hay un hecho que la ha marcado para siempre. A lo largo del relato siempre se dirige a un destinatario en segunda persona al que informa de su situación: “quiero contarte lo que ha pasado pero tengo que tener cuidado…” “Hay una cosa que tienes que saber…” “Hay mucho que contar, porque tienes que saberlo todo y entonces lo vas a entender…”
No vamos a desvelar qué nos quiere contar Mary, sino a recomendarla para que la lean. Lo que sí les puedo decir es que en el debate hubo mucha participación apasionada, tristeza, rabia contenida y mucha admiración por la valentía y decisión de Mary.

                                                                                                                Emilia Méndez