CLUB DE LECTURA. COMENTARIO

       

Hiromi            HIROMI KAWAKAMI   

       El cielo es azul, la tierra blanca

Para finalizar el curso hemos elegido una novela de amor que nos ha acercado a la sociedad  japonesa. Un profesor de japonés jubilado coincide casualmente en una taberna con una antigua  alumna. Entablan una conversación y se dan cuenta de que tienen los mismos gustos gastronómicos.  Son dos personas solitarias, que apenas se relacionan con nadie y poco a poco se dan cuenta de que les gusta estar juntos para disfrutar de la buena comida y beber sake y cerveza. Además se hacen inseparables en paseos y excursiones. Él es mayor, le lleva treinta años a ella. Además de la edad, la diferencia cultural también es un obstáculo que se interpone entre los dos. El profesor es un hombre culto, que ha leído a los clásicos, mientras  que  Tsukiko, no destacó en los estudios. En ocasiones parece que dejan su destino al azar porque pueden estar tiempo sin verse, pero deseando hacerlo y casi siempre se encuentran por casualidad.  Finalmente el amor se presenta como un sentimiento real, igual que el goce sexual.  Veamos cómo es la relación profesor-alumna. Ella siente por Harutsuna Matsumoto admiración y respeto. Siempre lo trata de usted y lo llama “maestro”. Sin embargo, él la tutea, la corrige, siempre le recuerda cómo debe comportarse una señorita, en definitiva, ejerce de maestro y la enseña, pero al mismo tiempo, le gusta escucharla y le divierten sus comentarios y reacciones. Lo que nos sorprende es que mantienen las formas y respetan las buenas costumbres, pero disfrutan emborrachándose. El maestro representa la tradición japonesa: formalidad, delicadeza, educación y paciencia. Tsukiko es joven e independiente, pero no se identifica con los chicos de su generación y rechaza sus gustos. En distintas ocasiones frecuenta un bar con un amigo, en el que no se consume comida japonesa y se sentía incómoda y fuera de lugar. Por lo tanto, encaja mejor con el maestro. Hemos elegido un fragmento en el que se expresa la admiración de Tsukiko: “La bondad del maestro procedía de su estricto sentido de la justicia. No era amable conmigo para hacerme feliz, sino porque analizaba mis opiniones sin tener ideas preconcebidas. Se podría decir que su bondad era más bien una actitud pedagógica. Por eso cuando me daba la razón me sentía mucho más feliz que si se hubiera limitado a decirme que sí para tenerme contenta. Aquello fue todo un descubrimiento. No me siento cómoda cuando me dan la razón sin tenerla. Prefiero mil veces que me traten con justicia”. (Pág. 203)Otro aspecto muy interesante es la manera en que le transmite el gusto por la poesía y ella reconoce que gracias a él tiene inquietud por aprender: “Sola en mi habitación, leo en voz alta poemas que recitaba el maestro y también otros que no llegó a enseñarme”. (Pág. 211).

Esta es una historia de amor especial en la que  la protagonista, Tsukiko, utiliza  un lenguaje sencillo y directo para contar en primera persona  su experiencia interior y cómo surge el amor entre ellos. La estructura externa consta de diecisiete capítulos con título y cada capítulo contiene doce páginas. Esta estructura y la disposición lineal del relato marcan el ritmo en la narración. Se podría decir que sigue el tono de los haikus, expresando con pocas palabras lo esencial y manifestando los sentimientos que despierta la contemplación de la naturaleza. Hay descripciones de paisaje muy bonitas: “La humedad impregnaba todos los rincones. La tierra no era lo único que estaba empapado: las hojas de los árboles, la maleza, los hongos, los innumerables microbios que habitaban en el subsuelo, los insectos que se arrastraban por la superficie, los bichos alados que volaban en el cielo, los pájaros que descansaban en las ramas y los animales más grandes del interior del bosque llenaban el ambiente de vida y de rebosante humedad.” (Pág.55). En los diálogos también hay brevedad, Tsukiko muchas veces responde con monosílabos, pero son imprescindibles para el conocimiento mutuo. Un apartado destacado en la novela es el de la gastronomía; desde las distintas maneras de preparar el tofu, hasta la variedad de setas, pasando por alimentos exóticos, como la carne de ballena, chalota salada, raíz de loto salteada, atún con soja fermentada y muchas más exquisiteces. Creo que la elección de esta lectura ha sido acertada.

Una vez terminada la tertulia compartimos cena en la Bodeguita de May, donde a los postres, Jesús Bayón nos narró cuentos sobre matemáticas y otro sobre los sentimientos. También se arrancó en esto de contar cuentos, nuestra compañera Isabel Díaz que nos deleitó con un cuento sobre Química. Los dos nos hicieron pasar un rato muy agradable  por lo que les estamos muy agradecidos.
Así nos despedimos hasta septiembre en que volveremos a retomar las tertulias del Club.

IMG-20160614-WA0002IMG-20160614-WA0013IMG-20160614-WA0012

IMG-20160614-WA0011

¡¡¡FELIZ VERANO !!!