CLUB DE LECTURA. COMENTARIO

200px-joseph_conrad
              El corazón de las tinieblas
                      Joseph Conrad.

Ed. Debolsillo, 2009
La traducción es de Sergio Pitol y el prólogo de Vargas Llosa

El prólogo lleva por título Las raíces de lo humano y nos ha parecido muy interesante no sólo por el estudio riguroso del relato, sino también por la información que nos ha proporcionado para situar la obra en su contexto histórico-social. Desde 1885 a 2006 el Estado Libre del Congo era propiedad del rey de Bélgica Leopoldo II, quien hizo creer al mundo que allí desarrollaba una labor humanitaria y evangelizadora, cuando realmente sometió a los congoleños a una explotación brutal para obtener las riquezas de marfil y caucho. Se calcula que en este periodo murieron alrededor de ocho millones de nativos y que la población fue reducida a la mitad. Posteriormente la presión ejercida por varios gobiernos y la opinión pública que empezó a conocer los crímenes que allí se cometían, lo obligó a cederla al Estado belga. Aunque siguieron explotando y torturando a los nativos, su situación mejoró algo. La movilización de la opinión pública internacional se consiguió gracias al papel que desempeñaron el irlandés Roger Casement y el belga Morel con sus análisis y artículos de denuncia de los asesinatos cometidos en este país. Vargas Llosa siente gran admiración por ellos y dice que ambos merecerían los honores de una gran novela. Sobre Casement ya la escribió, El sueño del celta, publicada en 2010, año en el que obtuvo el Premio Nobel de Literatura. En esta novela cuenta los dos viajes que hizo Casement;  primero al Congo Belga y después a la Amazonía sudamericana y cómo lo que vio y vivió en estos lugares lo cambiaron para siempre, enfrentándose a Inglaterra y participando activamente en la causa del nacionalismo irlandés. También narra en un capítulo su encuentro con Conrad  cuando llegó a Matadi en 1890 como capitán de la marina mercante británica y la amistad que se profesaban. Se volvieron a ver en Londres y se escribieron algunas cartas. Por otra parte al irlandés le sorprendió que Conrad no se uniera al Movimiento para la Reforma del Congo y no firmara como sí lo hicieron otros intelectuales de la época. Estos hechos son reales y también se reflejan en la novela.

El corazón de las tinieblas es una obra que ha tenido diferentes interpretaciones. Chinua Achebe la tacha de racista por las descripciones infrahumanas que hace de los africanos. “No. No se podía decir inhumanos. Era algo peor, sabéis, esa sospecha de que no fueran inhumanos. La idea surgía lentamente en uno. Aullaban, saltaban, se colgaban en las lianas, hacían muecas horribles…” “ A ratos tenía, además que vigilar al salvaje que llevaba yo como fogonero. Era un espécimen perfeccionado; podía encender una caldera vertical… Tenía los dientes afilados también, pobre diablo, y el cabello lanudo afeitado con arreglo a un modelo muy extraño, y tres cicatrices ornamentales en cada mejilla…” (Pág.93) Estas descripción posiblemente se correspondan con la imagen preconcebida que tenían en aquella época los europeos de los africanos. Para otros críticos esta obra condena la doble moral europea, ya que el colonialismo pierde credibilidad como misión humanitaria y evangelizadora y se empiezan a conocer los desmanes cometidos contra los africanos.  En la tertulia leímos algunos fragmentos para corroborarlo.  Marlow, el narrador de esta historia relata la arbitrariedad con la que los blancos tratan a los nativos y en varias ocasiones se refiere irónicamente a esa misión salvadora: “No eran colonizadores; su administración equivalía a una pura opresión y nada más, imagino. Eran conquistadores, y eso lo único que requiere es fuerza bruta, nada de lo que pueda uno vanagloriarse cuando se posee… Se apoderaban de todo lo que podían. Aquello era verdadero robo con violencia, asesinato con agravantes en gran escala, y los hombres hacían aquello ciegamente, como es natural entre quienes se debaten en la oscuridad”. (Pág. 39)   Veamos otro ejemplo, sobre una banda que se daba a sí misma el nombre de Expedición de Exploradores Eldorado: “Arrancar tesoros a las entrañas de la tierra era su deseo, pero aquel deseo no tenía detrás otro propósito moral que el de la acción de unos bandidos que fuerzan una caja fuerte. No sé quién costearía los gastos de aquella noble empresa, pero un tío de nuestro administrador era el jefe del grupo”. (Pág.80)   ¿Por qué actúan los europeos de forma tan salvaje cuando van a un mundo totalmente diferente al que están acostumbrados? Imponen la ley de la fuerza y el terror, torturan y asesinan y además se apoderan de las riquezas naturales. Pero el peor daño que les pueden infligir a los nativos es destruir sus tradiciones y formas de relacionarse. A propósito de esta idea, recordamos la lectura Todo se desmorona, de Achebe donde aborda el conflicto entre la cultura aborigen y la blanca y las consecuencias de la colonización al imponerles otras normas y costumbres que los priva de toda dignidad.  En el Congo la corrupción moral del ser humano sale a la superficie, tanto la de los blancos, como la de los negros.
Este relato es también una reflexión sobre la locura, el mal y la violencia. A los que partían hacia allí se consideraba que estaban locos. Uno de los trámites que tuvo que hacer Marlow en Londres antes de ir al Congo fue pasar por un médico que investigaba si había antecedentes de locura familiar y les medía la cabeza para saber los cambios que se producían en el interior del que va al continente africano.
En cuanto a la estructura, los críticos consideran esta obra como un relato dual o binario. Efectivamente hay dos narradores: un primer narrador que está en un bergantín en el estuario del Támesis y que habla como si fuera uno de los amigos que escuchan al segundo narrador, Marlow, alter ego de Josep Conrad. Antes de contar su viaje por el Congo hace una introducción de cómo era Inglaterra cuando diecinueve siglos antes llegaron los romanos, un pueblo más civilizado y se encuentran un lugar oscuro, rodeado de pantanos y salvajismo y  reflexiona sobre los conquistadores que tienen que vivir en un medio hostil. Un ejemplo claro del choque entre culturas que puede resultar ilustrativo sobre su experiencia personal en el viaje como capitán de un vapor que tiene que remontar el río Congo para recoger a un hombre. Hay dos continentes, dos culturas. El relato se dispone también en dos tiempos. El presente que corresponde al momento en el que los cuatro amigos navegan en el barco  escuchando a Marlow y el tiempo pasado, los meses que duró  su estancia africana. Además intervienen  dos mujeres  que amaron al personaje principal, Kurtz. Su prometida inglesa y la negra salvaje de la selva. A lo anterior añadimos la presencia de dos mujeres tejiendo unas madejas de lana negra en la oficina de la compañía en la ciudad espectral. Los dos ríos de la historia son el Congo, al que se omite su nombre “Un caudaloso gran río como una inmensa serpiente enroscada con la cabeza en el mar, el cuerpo ondulado a lo largo de una amplia región y la cola perdida en las profundidades del territorio”. (Pág.41). Y el Támesis: El estuario del Támesis se prolongaba frente a nosotros como el comienzo de un interminable camino de agua. A lo lejos el cielo y el mar se unían sin ninguna ruptura, y en el espacio luminoso las velas curtidas de los navíos que subían con la marea parecían racimos encendidos de lonas agudamente triangulares”. (Pág.33). Los escenarios en los que se desarrolla la historia son también dos,  la ciudad espectral (Londres) y la selva, que actúa como un personaje más porque cambia la vida de los hombres, es un ser extraño que los atemoriza: “… La realidad abrumadora de aquel mundo extraño de plantas, agua y silencio. Y aquella inmovilidad de vida no se parecía de ninguna manera a la tranquilidad. Era la inmovilidad de una fuerza implacable que envolvía una intención inescrutable. Y lo miraba a uno con aire vengativo”. (Pág.88)
En cuanto a los personajes ya hemos hecho referencia a los negros. Los personajes blancos son extraños, parecen locos o están fuera de lugar. ¿Su estancia en la selva los ha podido transformar? Los peregrinos que van en el barco disfrutan disparando a los salvajes que ven en la orilla del río. El principal contable de la compañía viste con elegancia y parece un maniquí de peluquería, el viudo con seis hijos que ayuda a Marlow a reparar el barco es aficionado a las palomas mensajeras y cuida mucho su barba hasta el extremo de recogerla con una servilleta para mantenerla limpia y el ruso que tanto admiraba a Kurtz va vestido como un arlequín y posee un libro.

Por último Kurtz, el personaje principal. Desde el comienzo es un misterio y lo conocemos a través de lo que los demás dicen de él: persona notable, un agente de primera clase, un prodigio, un emisario de la piedad, la ciencia y el progreso, un ser especial, genio universal…Estaba a cargo de una estación comercial y enviaba tanto marfil como todos los demás agentes juntos. Despierta temor y envidia en los otros. Para los nativos es como un dios al que respetan y obedecen, que se impone por el terror (cabezas empaladas), pero a pesar de eso, no quieren que se vaya. La elocuencia y el poder de la palabra es lo que se destaca en él. Escribió un informe para la eliminación de las costumbres salvajes antes de caer en la locura. Kurtz aparece al final de la novela ya moribundo.

                                                                                                Emilia Méndez Pérez