La biblioteca de agua, Clara Obligado
En el club de lectura ya comenzamos el curso 2019-20 con esta lectura. De la autora ya leímos La muerte juega a los dados cuando presentó el libro en La librería de Mujeres y nos gustó su estilo porque explora nuevas posibilidades narrativas.
En la primera página se nos indica que este libro se trata de un experimento que sitúa la escritura entre el cuento y la novela y que además tiene la peculiaridad de ser un palíndromo, es decir, que se puede leer siguiendo el orden normal, desde el primer relato al último o viceversa. Con estos ingredientes, la autora consigue la implicación y complicidad del lector. Investigó sobre los orígenes y la historia de Madrid, ciudad en la que se instaló desde 1976 y con la que la se siente muy vinculada, especialmente en el barrio donde vivió durante muchos años, el barrio de Las Letras. Son una delicia las historias de los vecinos que lo habitaron en distintas épocas históricas. Madrid fue levantada sobre el agua y este elemento es el hilo conductor de los relatos. Veamos un ejemplo: “En el agua está el origen de todo lo que está, en el agua está lo que es verdadero. El agua todo lo cubre. El agua llora”. En el cuento La mano (El pozo). Estos versos se los recita Sor Marcela, la hija de Lope de Vega a Isabel Cervantes, la hija de Cervantes. En este relato recrea a las mujeres del Siglo de Oro. Es sorprendente cómo elementos y personajes que aparecen en una historia, los veremos más adelante en otra. La cuidada edición de la editorial Páginas de Espuma con un mapa del Barrio de las Letras donde ocurrieron las historias narradas es un acierto, igual que los dibujos y curiosidades. Pero además de contar cómo se construyó la ciudad, hay también una crítica al deterioro que sufre en la actualidad. Suben el alquiler de los pisos y obligan a irse a los vecinos de siempre, desaparece el pequeño comercio, las calles están invadidas por turistas. Esta es una reflexión que hace Liz, la protagonista del relato La imaginación (Agua embotellada): “Dentro de todo, este sucedáneo de turismo cultural que estaba cambiando el Barrio de las Letras era menos letal que el de los borrachos que vociferaban en la Puerta del Sol como si les estuvieran arrancando los intestinos”.
Clara Obligado es una maestra del relato. Ha sido una lectura muy gratificante. La recomendamos.
Emilia Méndez Pérez