CLUB DE LECTURA: COMENTARIO

                         Un Pedigrí.     Patrick Modiano

Modiano

 Patrick Modiano nació el 30 de julio de 1945 en Boulogne –            Billancourt, Francia.

Novelista  ganador del Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, del Premio Goncourt y del Premio Nobel de Literatura 2014

Sus obras: Trilogía de la ocupación; La calle de las tiendas oscuras; Barrio perdido; Dora Bruder; Un pedigrí y el café de la juventud perdida entre otras.

            UN PEDIGRÍ
La lectura de este libro me ha resultado perturbadora y desconcertante. Nunca había leído una autobiografía en la que el autor manifieste con tanta frialdad y  desde la distancia emocional las razones que lo han motivado a contar su vida: (Pág. 45 “Dejando aparte a mi hermano Rudy y su muerte, creo que nada de cuanto cuente aquí me afecta muy hondo. Escribo estas páginas como se levanta acta o como se redacta un currículum vitae, a título documental y, seguramente, para liquidar de una vez una vida que no era la mía”). ¿Por qué este título?  El DRAE define pedigrí como “genealogía de un animal. Documento en que consta.” Con este título y la foto de la portada lo relacionas enseguida con el contenido de la misma. Desde que comienzas a leer descubres la obsesión del autor por buscar sus orígenes. Además en distintas ocasiones se identifica con un perro: “Soy un perro que hace que tiene como pedigrí. Mi madre y mi padre no pertenecen a ningún ambiente concreto. Tan llevados de acá para allá, tan inciertos que no me queda más remedio que esforzarme por encontrar unas cuantas huellas y unas cuantas balizas en esas arenas movedizas”… (Pág. 12) En otro momento con un perro que tuvo su madre y que se suicidó porque no soportaba vivir solo. Por último se refiere a que se sentía como un perro sin pedigrí, dejado de la mano de Dios. La forma que elige para relatarnos su vida es también muy original, pues expresa pensamientos e ideas sin ningún orden, pero según ocurrieron cronológicamente. Como si se tratara de pinceladas impresionista nos muestra anécdotas, recuerdos y detalles, no sólo de su infancia y juventud, sino también de sus abuelos y de sus padres. A través de la memoria, de lo que averiguó y de lo que le contó su madre construye su identidad. Como el libro tiene carácter documental, se vale de recursos que dan  verosimilitud a los hechos que cuenta. Así, aporta cartas, direcciones, números de teléfono, incluso describe alguna fotografía en la que está con su padre y alguna de sus amistades. Nos pareció interminable la enumeración de personajes y amigos que se relacionaron con sus padres, incluso antes de que él naciera. Una lista muy extensa que aparentemente no aporta información. El autor pide perdón por ello. “Que el lector me disculpe por todos estos nombres y los que vendrán a continuación”. En la pág. 93 se vuelve a dirigir al lector para que no le guarde rencor por hacerle partícipe de las penurias económicas que atravesaba en ese momento. Nos ha parecido interesante este acercamiento al lector, tal vez buscando la comprensión por el exceso de datos. Además de la búsqueda de su identidad, otro de los temas que aborda es el sentimiento de desarraigo, la falta de núcleo familiar, el anhelar una familia protectora, el sentimiento de ser un hijo no querido. Pero a pesar de lo difícil que fue su infancia y adolescencia, afirma que nunca les guardó rencor. Relata que a sus padres les tocó vivir un periodo histórico convulso, pues se conocieron en París en el 42, durante la ocupación alemana y que se relacionan con personajes que intentan huir de la guerra y las deportaciones (su padre era judío) y que vivieron en la clandestinidad.   Durante sus primeros años sus abuelos maternos se ocuparon de él y estaba muy unido a ellos. Cuando nace su hermano siempre están al cuidado de alguien o solos, de ahí el sentimiento de abandono. Para ilustrarlo, cuenta que él y su hermano estuvieron viviendo dos años en Biarritz con la portera de la finca y que durante ese tiempo no recibieron visitas de sus padres. Incluso que no asistieron cuando los bautizaron. O también que fue atropellado por un coche una tarde que no fue nadie a buscarlo a la salida del colegio. De su madre opina que era una chica bonita de corazón seco. De ella no recuerda un ademán de ternura o de protección. En su presencia estaba con la guardia en alta. De su padre recuerda que se movía en ambientes equívocos, dedicado a negocios oscuros, cambiando de pasaporte y utilizando pseudónimos, perdido entre historias de secretismo y un pasado judío. Hace el siguiente comentario. “Podía inspirar confianza a los inversores, porque tenía el porte de un hombre amable y reservado, de estatura elevada y que usaba trajes muy sobrios”. Siempre rodeado de gente, pero realmente solo, le parece muy esclarecedor ver que su padre lee un libro cuyo título era Cómo hacer amigos. Luego pasa a describir su vida en los internados. Es muy interesante ver su evolución en las lecturas. Nos detalla los primeros libros que leyó y sus preferencias literarias. La literatura fue la salvación de Modiano. A los veintiún años, cuando cumple la mayoría de edad empieza a escribir y ya no tiene más contacto con sus padres. En junio del 67 aceptan su primer libro y es revelador cómo acaba esta novela. “Aquella noche me sentí ligero por primera vez en la vida. La amenaza que pesaba sobre mí todos aquellos años y me obligaba a estar continuamente en guardia se había disuelto en el aire de París. Había zarpado antes de que se derrumbara el pontón podrido. Por poco”.

En cuanto al estilo, la sobriedad es la nota dominante. Expone su vida de forma objetiva, fría y distante y por ello su escritura carece de elementos ornamentales, como metáforas y adjetivación.  Además, en la tertulia hablamos de los otros temas que aparecen en el libro, como la descripción de París, la ocupación alemana, los personajes y acontecimientos históricos de esa época.

 El autor manifestó recientemente, en una entrevista cuando obtuvo el Premio Nobel de Literatura, que las cosas que en su infancia le parecían normales, se convirtieron luego en enigmas y la razón de escribir. Después de la lectura de Un pedigrí conocemos las claves de su interior y creemos que su pasado es determinante en su obra.

                                                                                                             Emilia Méndez