Espejismos, Jeanette Winterson
Estamos ante un libro de difícil lectura, original y diferente que puede desconcertar con algunas escenas desagradables y escabrosas. No es una novela autobiográfica ni de autoficción. En la tertulia consideramos que teníamos que hablar de la biografía de la autora para comprender los hechos que han marcado su vida, los temas que le preocupan y cómo se reflejan en la obra. Fue adoptada por una pareja humilde y ultrarreligiosa donde conoció muy bien la biblia porque era lo único que leía. La madre era la figura dominante en la familia e imponía su criterio. En su obra se refiere a ella y no a su madre biológica a la que conoció posteriormente. A los dieciséis años abandona el hogar porque no aceptan su homosexualidad. Desempeñó trabajos precarios para costear sus estudios. Estudió Literatura Inglesa y a los veinticuatro años publicó su primera novela. La autora manifiesta que la literatura le salvó la vida y se dedica a ella.
Decíamos que su lectura es difícil porque hay dos líneas temporales. La primera parte
transcurre en Inglaterra en el S.XVII, la guerra civil derivada del conflicto y enfrentamiento
entre Cromwell y el rey Carlos I que desemboca en la decapitación del rey. La segunda parte se
sitúa en el S.XX también en Inglaterra. La primera parte está narrada por la Mujer Perro y por
Jordan que se van alternando y dando saltos temporales intercalando historias secundarias
con los personajes que van encontrando en su camino, como la historia de las doce princesas
bailarinas. También en la segunda parte hay dos narradores; una mujer ecofeminista y
científica, no se dice su nombre y Nicolás Jordan.
Es un relato original por la forma en que reinterpreta los hechos históricos, los cuentos de
hadas tradicionales y alguna referencia de la Biblia, traspasando la barrera entre realidad y
ficción. Por eso predomina el uso de la hipérbole, ironía y parodia como recursos expresivos.
En cuanto a los temas que trata, habla del amor, la búsqueda de uno mismo, el sexo, la
identidad de género, defensa de la naturaleza porque critica la contaminación de los ríos y la
desaparición de los bosques. En definitiva, las tensiones íntimas y sociales las plantea tanto en
el pasado como en el presente.
Nos detuvimos en los personajes y su caracterización. La Mujer Perro que se describe así:
“¿Hasta qué punto soy monstruosa? Tengo la nariz chata y las cejas espesas. Sólo me quedan
unos pocos dientes lamentables, negros y partidos. De pequeña tuve la viruela y las cavernas
de mi rostro sirven de morada a las pulgas. Pero poseo excelentes ojos azules que ven en la
oscuridad”. (Pág.31). La Mujer Perro es enorme, fea y sucia. Su aspecto provoca repulsión. No
habla de sus sentimientos ni emociones, pero es fuerte y segura de sí misma. Se relaciona con
lo más bajo de la sociedad. Tiene un sentido especial de la justicia y lucha por sus creencias.
Defiende al rey frente a los puritanos. A pesar de esta apariencia física que la incapacita para
quedar embarazada, no duda en adoptar a un niño. “Soy demasiado descomunal para el amor.
Nadie, hombre o mujer, ha osado jamás acercarse a mí. Les da miedo escalar montañas”.
Pág.45.Del amor piensa esto: “En cuanto a mí, sólo conozco el amor de mis perros, a los que
mi aspecto les importa un bledo; y el de Jordan, que sostiene que a pesar de que soy ancha y
fangosa como su tocayo el río, también soy su familia”. Este personaje es opuesto al
estereotipo de mujer femenina.
La mujer del S.XX no tiene nombre, representa el ecofeminismo. Lucha contra la
contaminación del Támesis. No encaja en la sociedad. Tiene dificultad para acercarse a los
hombres: “Cuando sueño, quiero un hogar, un amante y algunos hijos, pero no funciona.
¿Quién está dispuesto a vivir con un monstruo”. (Pág. 179).
Jordan es salvado del Támesis y adoptado por la Mujer Perro. Es soñador y aventurero. Desde
niño conoce a Tradescant, jardinero real muy reconocido que lo enseña en el arte del injerto y
lo lleva a navegar por el mundo en busca de frutas exóticas. En sus viajes conoce ciudades
fascinantes y se enamora de una bailarina, Fortunata a la que busca por todo el mundo hasta
que al encontrarla lo llevará por fin a buscar en su interior. Tampoco Jordan, sensible, viajero
responde al estereotipo de género que se espera de él. En algunas secuencias se disfraza de
mujer para poder vivir entre ellas.
El Jordan del S.XX alberga muchos puntos en común con él, también es idealista y le gusta
navegar y conocer mundo. Se encuentra con la joven ecologista defensora del río.
También nos detuvimos en La historia de las doce princesas bailarinas. Reinterpretación de los
cuentos infantiles de princesas. Algunos son duros, pero prevalece la búsqueda de la libertad
de las doce hermanas que son obligadas a casarse con doce príncipes. Vivieron felices cuando
consiguen librarse de ellos.
Por último añadimos algunas reflexiones interesantes:
“El amor es esa crueldad que nos lleva a las puertas del paraíso solo para recordarnos que están definitivamente cerradas.”
“El amor debe mantenerse sumiso a fin de que su impetuoso calor entibie el corazón sin
quemar la casa”.
“Mi marido se casó conmigo porque quería que sus relaciones con otras mujeres fueran más
excitantes por estar prohibidas”.
“El hombre con quien me casé era una mujer. Vinieron a buscarla para quemarla en la
hoguera. La maté y todavía conservo un rizo suyo”.
“Digan lo que digan los poetas, las islas son metáforas del corazón”.
Jordan sobre su madre: “ Se parece a una ecuación matemática: siempre presente e imposible
de refutar”.
Emilia Méndez Pérez

