ENCUENTRO CON JAVIER HERNÁNDEZ VELÁZQUEZ
En enero de 2013 tuvimos el placer de contar con la presencia del escritor canario Javier Hernández Velázquez. Comentamos su libro «El sueño de Goslar». Fue un encuentro muy agradable y fructífero.
El sueño de Goslar no es sólo una novela negra, donde hay asesinatos, robos y venganzas; en la que, tras la pertinente investigación llevada a cabo por el inspector Carles Pedregal, se resuelve el caso. En esta historia, encontramos además, sentido del humor con situaciones rocambolescas, personajes inquietantes y diálogos rotundos.
El sueño de Goslar no es sólo una novela negra, donde hay asesinatos, robos y venganzas; en la que, tras la pertinente investigación llevada a cabo por el inspector Carles Pedregal, se resuelve el caso. En esta historia, encontramos además, sentido del humor con situaciones rocambolescas, personajes inquietantes y diálogos rotundos.
La trama de la novela se centra en el robo de la escultura de Henry Moore, El guerrero de Goslar, ubicada en la Rambla.
El autor sitúa sus novelas en Santa Cruz. Encontramos a lo largo de la obra descripciones muy acertadas. Veamos algunos ejemplos: “Subí al tranvía en la plaza de La Paz, justo donde ya no hay plaza, mucho menos paz y el bullicio de confluencia de caminos marcaba un claro antagonismo con algo que se pareciera lo más remotamente a la quietud” (pág. 169). “ Detuvo el vehículo en el bulevar de la avenida de Anaga frente al cuartel de Almeida. A su derecha, el ángel exterminador de las izquierdas insulares mantenía la piedra fría, verde y sedienta. Era un consuelo perverso que los políticos estuvieran dispuestos a mantener los Principios Fundamentales del Movimiento y, por el contrario, dejar morir los símbolos como la Plaza de Toros”. (Pág.58)
Al tratarse de una novela negra, la crítica social está latente en toda la obra: “-¿Y cómo se presenta el futuro?
-Teniendo en cuenta que los poderes públicos han dejado de creer en la educación pública y que interesa crear un estereotipo de adulto-borrego, ya me dirás” (pág. 97).
.Un aspecto muy destacado en la novela es la utilización del humor y la ironía, que suele emplear en momentos de tensión narrativa. Así, en la página 279, cuando Perro Negro había disparado a Jota Jota : “Una bala le había atravesado el pecho. Apenas podía tenerse en pie. Intentó mover las manos, como si necesitara ayuda, como si no supiera si ponerse a mear o comerse una acelga”.
La trama de la novela se centra en el robo de la escultura de Henry Moore, El guerrero de Goslar, ubicada en la Rambla.
El autor sitúa sus novelas en Santa Cruz. Encontramos a lo largo de la obra descripciones muy acertadas. Veamos algunos ejemplos: “Subí al tranvía en la plaza de La Paz, justo donde ya no hay plaza, mucho menos paz y el bullicio de confluencia de caminos marcaba un claro antagonismo con algo que se pareciera lo más remotamente a la quietud” (pág. 169). “ Detuvo el vehículo en el bulevar de la avenida de Anaga frente al cuartel de Almeida. A su derecha, el ángel exterminador de las izquierdas insulares mantenía la piedra fría, verde y sedienta. Era un consuelo perverso que los políticos estuvieran dispuestos a mantener los Principios Fundamentales del Movimiento y, por el contrario, dejar morir los símbolos como la Plaza de Toros”. (Pág.58)
Al tratarse de una novela negra, la crítica social está latente en toda la obra: “-¿Y cómo se presenta el futuro?
-Teniendo en cuenta que los poderes públicos han dejado de creer en la educación pública y que interesa crear un estereotipo de adulto-borrego, ya me dirás” (pág. 97).
.Un aspecto muy destacado en la novela es la utilización del humor y la ironía, que suele emplear en momentos de tensión narrativa. Así, en la página 279, cuando Perro Negro había disparado a Jota Jota : “Una bala le había atravesado el pecho. Apenas podía tenerse en pie. Intentó mover las manos, como si necesitara ayuda, como si no supiera si ponerse a mear o comerse una acelga”.