CLUB DE LECTURA. COMENTARIO

     Milena Busquets 
Entrevista en El Cultural 

Milena

                      También esto pasará 

En esta novela leemos cómo Blanca, la protagonista se enfrenta al dolor que le ha causado la pérdida de su madre. En el primer capítulo asistimos en Cadaqués al funeral, muy sobrio, sin discursos ni poemas ni rezos ni flores, como ella quería. El desgarro y desesperación que siente, lo expresa con estas palabras: “Mamá, me prometiste que cuando murieses mi vida estaría encarrilada y en orden y que el dolor sería soportable, no me dijiste que tendría ganas de arrancarme mis propias vísceras y comérmelas.”(Pág.12) Observamos que la ausencia de su madre le crea una inestabilidad emocional y la conduce a revisar su existencia. Por otra parte, las reflexiones sobre la vejez, la enfermedad y la muerte conviven con las ganas de vivir. Para la protagonista el amor y el sexo son fundamentales en el marcado instinto de supervivencia que manifiesta. Cree en el poder curativo del sexo y afirma que “Lo único que disipa momentáneamente la muerte- también la vida- es el sexo”. (Pág. 15) También los hombres ocupan un lugar muy importante en su biografía. Siente predilección por los hombres guapos; los prefiere al poder, la inteligencia o el dinero.  En el momento en que se desarrolla la narración tiene un amante casado, pero mantiene muy buena relación con los padres de sus dos hijos, uno de cada pareja que ha tenido. Los invita a Cadaqués a pasar unos días en su casa y todos conviven sin ningún problema. Además, se da la circunstancia que su amante también va a veranear al mismo lugar con su familia y se citan. En la novela, la infidelidad es una situación normal. Lo más increíble que nos ha parecido con respecto a este tema, es una secuencia en el primer capítulo, durante el entierro, en el que Blanca está a punto de desmayarse por el horror y el calor, y sin embargo, ve entre los asistentes a un hombre desconocido que le resulta atractivo. Posteriormente se lo encuentra y empieza a coquetear con él. Nos encontramos ante una novela intimista de tintes autobiográficos; en efecto, Milena Busquets es hija de la escritora Esther Tusquets y en forma de monólogo nos cuenta las relaciones que mantuvo con ella. Primero le reprocha la incomunicación, el que no fueran amigas ni compartieran confidencias ni intimidades. Sin embargo, después del desahogo, viene el reconocimiento de los principios que le transmitió su madre: libertad, pasión y educación,  que son los que conforman su carácter independiente. Al llegar al último capítulo, cuando por fin va al cementerio y lo encuentra cerrado, tiene conciencia de que allí se encuentra la mujer que amó. Poco a poco se empieza a liberar de la tensión acumulada y finalmente  se siente en paz. Cuando llegamos al epílogo asistimos a una auténtica declaración de amor: “Viviré sin ti hasta que me muera. Me diste los flechazos como única forma posible de enamoramiento, el amor al arte, a los libros, a los museos, la generosidad absoluta con el dinero, la falta total del sentido de la culpa…” (Pág. 170).

Emilia Méndez Pérez