El alquimista impaciente, Lorenzo Silva
Este relato obtuvo el premio Nadal en el año 2000 y hay una adaptación cinematográfica con el mismo título.
Se trata de una novela policíaca y presenta las características propias de este género literario. La intriga se fundamenta en la resolución del problema planteado: el cadáver de un hombre aparece en un motel y se tiene que indagar si se trata de un asesinato o es debido a causas naturales. La investigación la lleva a cabo la Unidad Central de la Guardia Civil. El sargento Vila y su ayudante la guardia Chamorro tienen la orden de resolver el caso. Los personajes empiezan a hacer su trabajo para determinar si al fallecido, Trinidad Soler le quitaron la vida o murió por causas accidentales. Interrogan al recepcionista, a sus compañeros de trabajo de la central nuclear, a su viuda. Lo
definen como un hombre de buen carácter, trabajador, amable, correcto, en definitiva,
un hombre legal que no está metido en ningún asunto sospechoso. Además el forense
certifica que murió por causas naturales y el caso se cierra, pero Vila no queda
satisfecho, sospecha que hay algo que no encaja. Posteriormente aparece el cadáver
de una mujer que murió asesinada y Vila y Chamorro ven que pueden estar vinculados
y se reabre el caso. Esta parte es más interesante y la trama se va complicando hasta
llegar al desenlace. Los investigadores indagan sobre la vida secreta y los negocios
sucios en los que estaba metido Soler, así como a los empresarios para los que
trabajaba y descubren una cadena de corrupciones que llegan al ámbito político,
industrial y judicial.
Este relato ofrece una mirada crítica sobre el mundo en que vivimos y nos muestra el
lado oscuro del ser humano. Refleja cómo es España en el año 2000, antes del euro,
donde surgen empresarios sin escrúpulos y con mucho poder, que controlan medios
de comunicación, pelotazos urbanísticos y constructoras. Con el dinero corrompen a
las instituciones públicas y son intocables.
Creemos que en esta novela además de la intriga lo más interesante es la
caracterización de los personajes, la capacidad para mostrarnos la psicología del
narrador y su ayudante. La relación entre estos dos personajes es buena, hay
compañerismo, trabajan en equipo y entre ellos existe confianza mutua. Vila reúne
las cualidades necesarias de un buen detective. Veamos algunas:
Por encima de todo es defensor de la justicia. Demuestra el enorme interés que pone
en su trabajo. Su objetivo no es solo resolver el caso, sino seguir investigando si
encuentra que hay algo oculto.
Busca la verdad y como además es psicólogo utiliza preguntas y respuestas geniales
para todo tipo de circunstancias.
Las reflexiones certeras sobre la sociedad, la vida y la corrupción.
En esta obra hay secuencias narrativas y descripciones, pero se utiliza principalmente
el diálogo como vehículo para mostrar la psicología de los personajes. Emplea un
lenguaje coloquial.
Al autor le interesa el componente ético y lo refleja en los temas que trata, como la
prostitución, el machismo, el peligro de las centrales nucleares, el fraude fiscal y
blanqueo de capital, la manipulación de los medios de comunicación…
El último capítulo de esta novela lleva por título El alquimista impaciente y hace
referencia a que el propósito de la alquimia era convertir el plomo en oro. Los que se
impacientaban conseguían el efecto inverso. Igual les sucede a los personajes a los que
investiga. ¿Para qué sirvió su obsesión por conseguir dinero fácil y enriquecerse?
Por último anotamos las referencias culturales que aparecen en la obra. Música. Chet
Baker, Rasputin de Boney M. Literatura, Guerra y Paz de Tolstoi. Thomas de Quincey,
Del asesinato considerado como una de las bellas artes. Referencias cinematográficas,
la viuda de Trinidad Soler le recuerda a Lauren Bacall en El sueño eterno. Vila
encuentra a Chamorro que se parece a la actriz Verónica Lake en la película La mujer de fuego.
Emilia Méndez Pérez