Los nombres de Feliza
Juan Gabriel Vásquez
En esta obra el autor reconstruye la vida de Feliza, la mujer de quien García Márquez escribió que » murió de tristeza».
A través de una prosa que va entre la memoria y la imaginación, el autor entreteje documentos, testimonios y evocaciones para rescatar una existencia marcada por el exilio, la incomprensión y el peso de una época convulsa.
La novela ofrece una profunda reflexión sobre la fragilidad humana ante la pérdida y el desarraigo.
La lectura me resultó, por momentos, un poco lenta, quizá debido a los saltos temporales, los cambios de escenario y la estructura fragmentada, que a veces restan fluidez al relato. También sentí que ciertos aspectos íntimos de la protagonista, sus emociones, sus vínculos personales, sus miedos o la evolución de su tristeza, quedan solo insinuados. Pienso que una exploración más profunda de su mundo interior habría permitido una conexión más intensa con la historia.
En conjunto, considero que la obra es sólida y bien documentada, que invita a reflexionar sobre la tristeza, la pérdida y los difusos límites entre la memoria y la ficción.
Quisiera destacar, además del interés que me ha despertado la vida de Feliza, el retrato que se hace del contexto político y cultural de Colombia entre los años cincuenta y setenta. Los he buscado en internet para conocer mejor su vida y obras y me ha resultado enriquecedor descubrir este panorama artístico y cultural.
No había oído hablar del poeta Jorge Gaitán Durán, con quien Feliza mantiene una historia de amor. Al leer algunos de sus poemas, que también busqué en internet, me sorprendió su sensibilidad y la fuerza de su lenguaje.
El libro me ha permitido no solo acercarme a la figura de Feliza, sino también adentrarme en el contexto político, artístico y cultural de Colombia en esas décadas, que fue una época intensa y llena de contrastes.
Frases destacadas:
Relativas al arte:
-La belleza de su obra estaba en la tensión entre lo violento y lo frágil entre la fuerza y la delicadeza.
-El arte para Feliza no era un refugio sino una manera de enfrentarse al mundo y sus fantasmas.
-Cada obra de Feliza Parecía un desafío una pregunta imposible que uno debia responder sin saber la respuesta.
-Feliza creaba porque el mundo no era suficiente para contener sus ideas.
-Sus esculturas hablaban un idioma que nadie más conocía un lenguaje secreto entre ella y el material.
-Lo que parecía caos en su obra era en realidad un orden que solo ella entendía.
Relativas al amor:
-El amor no siempre salva a veces solo enseña a sobrevivir
-Aprendí que amar a alguien como Feliza significaba aceptar que nunca sería completamente nuestra.
Sobre la personalidad de Feliza
-Los choques con el mundo eran cosa de todos los días
-En un país machista hágase la loca como la única respuesta que le queda a una mujer que quiere ser artista.
-Siempre pensé que Feliza vivía en un tiempo distinto al de todos los demás un tiempo propio distinto al de todos los demás.
-Su vida parecía un museo de emociones cada instante una pieza que no podía tocarse sin temor.
-Con ella la presencia y la ausencia eran igualmente poderosas.
-Había en ella una mezcla de peligro y ternura que nadie podía ignorar.
-Al final lo que permanece no son las obras ni los nombres sino la forma en que alguien nos hizo sentir.
Eulalia Teresa Rodríguez


















