CLUB DE LECTURA. COMENTARIO

El pasado 20 de diciembre, nos reunimos en el club de lectura «Pablo Freire» para hablar de la novela:

«Sónieschka», de Luidmila Ulítskaya.

Liudmila Ulítskaya

Notas biográficas:
Luidmila Ultiskaya nació en 1943 en Dablekánovo, en los Montes Urales, donde sus padres se refugiaron durante la guerra. Ya en Moscú, acabó la Secundaria, estudió Biología y trabajó en el Instituto de Genética. La echaron por guardar junto a los libros de ciencia, otros prohibidos y haber reproducido con su máquina de escribir literatura crítica con el  Gobierno. Fue directora de repertorio del teatro hebreo de Moscú.
Tenía casi 60 años cuando publicó por primera vez. Escribió reportajes, obras de teatro juvenil y tradujo poesía en lengua mongol. «Sónieschka» fue su primera obra de éxito.
Recibió el premio Simon de Boauvoir, pero ella no se considera feminista y el Premio Médicis a la mejor novela extranjera (1996). Desde el inicio de de la invasión rusa a Ucrania, reside en Berlín.

Sinopsis (obtenida del blog “Los libros de Guillermo” y este, de Anagrama):
Sóniechka, una chica judía judía poco agraciada, es un ser insólito que experimenta tal empatía con la letra impresa que la lleva a conferir a los personajes de ficción la misma categoría que a las personas de “carne y hueso”. En Sverdlovsk, donde trabaja en una biblioteca, conoce al pintor Robert Víktorovich, “el más feliz de los desventurados” – que suma a sus espaldas numerosos viajes por Europa y varios años de reclusión en un campo de trabajo soviético-, que pregunta sobre un conjunto de libros franceses.
El hombre de 50 años, regresa a la biblioteca 3 días después y le pide matrimonio a Sónieschka. Ella acepta y emprende una nueva vida al lado de su marido, Siguen años de felicidad conyugal coronada con el nacimiento de la hija de ambos, Tania.
De repente, el interés de Sónieschka hacia el mundo de la literatura desaparece por completo. La vida real y cotidiana ocupa ahora el centro de su vida. Pero esta vida apacible se verá truncada por la aparición de Yasia, una polaca menuda “con el cutis tan fino como un huevo recién puesto”, de la que Robert queda prendado.
Ámbito formal
La novela tiene 115 páginas.
Editada en España por Anagrama en 2007 (primera edición) y en 2022 (segunda edición)
Escrita en 1992 y publicada en Moscú en 1995.
Al comienzo de la lectura choca la profusión del uso de puntos suspensivos y de los dos puntos.
Se podría pensar que esto es debido a la traducción, pero hay que descartarlo porque se trata de Marta Rebón, crítica literaria, escritora y especialista en literatura eslava.
La trama
Lo más sorprendente son las descripciones, por ejemplo, la de la protagonista (página 7). Son muy visibles. Sitúa al lector en medio de la escena de manera que puede “ver” qué o quién está delante.
En el libro “pasan cosas”, hay continuidad.
La trama tiene un inicio y un final perfectamente definidos. No deja fisuras, las escenas se van sucediendo una tras otra.
El epílogo, que sin que esté definido como tal, deja claro qué les pasa a cada una de los personajes, una vez concluido el grueso de la trama. Es un final cerrado que agradecemos los lectores.

Valoración
En este apartado, nada mejor que transcribir un fragmento del acta del jurado que le otorgó el Premio Formentor, y que le fue entregado en Lanzarote este año 2022:
«Por el poderoso aliento narrativo con que registra las más sutiles emociones del alma humana, por la sensibilidad con que cuenta la epopeya de las personas arrojadas al laberinto del mundo, por la delicadeza con que rehabilita la dignidad de los hombres y mujeres sometidos al despótico azar de la desdicha, por la soberbia índole de sus personajes y su ondulante, aguda y deslumbrante conversación (…)».

Notas finales
La reunión terminó comentando que no es la primera vez que, en literatura, se elige como punto de partida o como centro de la trama de una obra, a un personaje amante de la lectura. Para ejemplificar esta circunstancia, se citaron los siguientes títulos:
• “Firmin”, de Sam Savage.
• “La ladrona de libros”, de Markus Susak.
• “84, Charing Cross Road”, de Helen Hanff.
• “El nombre de la rosa”, de Umbero Eco.
• “Un viejo que leía poemas de amor”, de Luis Sepúlveda.
• “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo.                                                                                                                                                                                                 Blanca González Castro