El título ya nos indica cuál es el tema principal de esta novela: la locura, que la autora nos presenta de forma convincente por la cita que elige, la estuctura que emplea, la caracterización de los personajes, el contexto histórico social en el que se desarrolla la trama y la originalidad en el uso de los recursos lingüísticos.
El libro comienza con una cita de Gore Vidal que nos sugiere una clave de lectura: “Sabiamente Henry James siempre les advertía a los escritores que no debían poner a un loco como personaje central de una narración, sobre la base de que al no ser el loco moralmente responsable, no habría verdadera historia que contar”. Por lo tanto, si la protagonista está loca, ¿quién es responsable de su locura?
Hablemos de la estructura. Se trata de averiguar por qué Agustina Londoño, la protagonista se encuentra en la habitación de un hotel en estado de enajenación total, diferente a otros episodios que se habían manifestado en ella con anterioridad. Para desvelarlo Laura Restrepo usa cuatro secuencias narrativas que se desarrollan de forma paralela y al final se unen y descubrimos las causas de su trastorno. Estas líneas narrativas están protagonizadas en primer lugar por Aguilar, actual pareja de Agustina, que sabe poco del pasado de su mujer, la ama y quiere ayudarla a salir de su enajenación. En él recae la investigación. En la segunda secuencia, Agustina evoca a través de los recuerdos de su infancia el dolor y la tristeza que vivió en esa etapa, origen de su locura. Por un lado se esfuerza en atraer la atención y el amor paterno y
por otro en proteger a su hermano pequeño de la ira, brutalidad y machismo de su padre, que no acepta la homosexualidad del hijo. En la tercera línea narrativa se reconstruye a través de cartas y diarios la historia de Portulinus, abuelo materno que también padecía enajenación mental. Los antecedentes genéticos hay que buscarlos en este personaje y en su hermana Ilse, ambos se suicidan tirándose a un río. Estas tragedias familiares persisten en el tiempo porque se niegan y ocultan. Con el monólogo de Midas McAlister se desarrolla la cuarta secuencia narrativa. Este personaje fue novio de Agustina, es el que actúa de intermediario entre Pablo Escobar y la burguesía bogotana. No pertenece a la élite, de origen humilde, pero es un trepador y desde adolescente se empeñó en codearse y ser igual que ellos.
Decíamos que Aguilar investiga y ordena los hechos y que a través de los otros personajes
conocemos las causas de la paranoia de Agustina. En estas secuencias aparecen otros
personjes que son decisivos en la trama, como Bichi, el hermano menor, la tía Sofi, Abelito Caballero, alias Farax, Anita la Desparpajada… Los personajes utilizan el registro lingüístico acorde a su nivel social. De forma progresiva se desvelan las claves de la trama y para ello se combinan la primera y tercera persona.
Esta novela se desarrolla en Colombia en los años noventa cuando la violencia del narcotráfico sacudía al país. Se hace hincapié en las desigualdades sociales. La clase acomodada, a la que pertenece Agustina excluye a los que no pertenecen a ella y rechazan a los que no cumplen los requisitos, como Agustina y la tía Sofi.
Volviendo a la cita de Gore Vidal, ya sabemos quiénes son los responsables de la locura de la protagonista: la hipocresía e inmoralidad de su familia y de la élite bogotana, clase social a la que pertenece.
Emilia Méndez Pérez