FIESTA DE LA CASTAÑA 2016
ASOCIACIÓN DE ENSEÑANTES PAULO FREIRE
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El Teide desde la Matanza

Es una de las fechas más esperadas del primer trimestre. Estamos en pleno corazón del otoño y no podemos dejarlo escapar sin rendir el merecido homenaje a su majestad LA CASTAÑA. Es lo que hicimos el día 24 de noviembre. Este año tocó en su ambiente natural, cerca de los castañeros de los altos de La Matanza, en concreto en el conocido mercadillo del agricultor.

Eran las diez de la mañana cuando desde Plaza Europa tomamos rumbo al destino programado, la ermita de San Antonio en el barrio del mismo nombre de La Matanza . Fuimos recibidos por una guía local que hizo gala de su buen saber acerca del lugar objeto de nuestra visita. Supimos de la historia de la ermita y de la última imagen a ella incorporada: la imagen de un Nazareno que, a tenor del entusiasmo con el que lo describía , no tardará mucho tiempo en hablarse de sus bendiciones y las de San Antonio con la disminución del colectivo de solteros/as.
Previamente, aunque el día estaba soleado y apacible, se encontró alguna excusa para calentarse por dentro y no precisamente con cortados o infusiones…

El almuerzo, en el mercadillo, servido por Goyo como ya es habitual. El menú el que tenía que ser: entremeses a base de queso blanco, gofio escaldado, higos pasados, croquetas, castañas, pescado salado con papas o boniatos al gusto y de postre bizcochón matancero y helado. Todo regado con un buen vino de la zona, que, como el de Caná, el último sabía mejor. Algunos se tomaron varios últimos…

Tanta alegría consumida tenía que aflorar en forma de parranda. Su Director, Quique Melián, fue  quien nos contagió su fervor por los cantos de nuestra tierra, Isas, Folías, (por cierto, pocas como las de Macías) y las canciones de siempre. Agotado con creces el tiempo de que disponíamos volvimos a nuestra jubilosa rutina con el regusto de un encuentro por tiempo soñado y con la vista puesta en la ya muy cercana cita de Navidad.

                                                                                                                                                                                                                                          Texto: José Mª Moral Cruz