Las fotografías de la visita se encuentran en las galerías fotográficas y se deben a Joaquín Servando y a la colaboración de varios compañeros que las han hecho llegar a nuestra Asociación. Gracias a todos ellos
Tal como se tenía programado, el día 15 de marzo realizamos la visita cultural a la Villa Histórica de Granadilla de Abona. Un grupo de 62 socios nos trasladamos a ese municipio del sur de la isla de Tenerife que se extiende desde Las Cañadas hasta el mar, con una altura máxima de 2.718 m. ( Montaña Guajara)
Al llegar al casco histórico, fuimos recibidos por el técnico de Patrimonio que nos guió hasta el convento franciscano, allí en el salón de actos, nos dio la bienvenida el concejal de patrimonio histórico y artístico.
Se nos explicó el origen del nombre de Gradilla así como de la historia del edificio donde nos encontrábamos ( convento edificado en el SXVII.) En la actualidad su fin es puramente cultural, alberga la biblioteca municipal, el salón de actos y la sala de exposiciones.
Desde allí nos dirigimos al Museo de Historia que se encuentra ubicado en la calle Arquitecto Marrero, una de las mejor conservadas del casco histórico y que sirve de ejemplo de las típicas construcciones canarias.
Seguimos hasta el antiguo edificio del secadero de tabaco
edificio del S.XIX, pendiente de restauración. Visitamos también la iglesia de San Antonio de Padua. En la calle de la Iglesia se encuentra el hotel rural Senderos de Abona. (El municipio tiene una amplia red de senderos).
Paramos en la Plaza de San Pedro donde se ubica el único molino local de gofio en actividad.
El olor del gofio nos atrajo a comprarlo (nosotros seguimos con la tradición de los desayunos saludables de la tierra). Y sin tiempo para más terminamos la visita.
Desde aquí, damos las GRACIAS a las personas encargadas de la gestión del patrimonio del Ayuntamiento por su buena acogida y por ayudarnos a conocer un patrimonio muchas veces desconocido para los que vivimos en esta tierra. Recomendamos a todos la visita a este casco antiguo de Granadilla que sorprende al visitante.
Terminada la visita nos trasladamos al restaurante El Cordero en Guargacho, donde almorzamos y para no perder las buenas costumbres, cantamos y bailamos al son de la música de nuestra rondalla.
La convivencia, la alegría y el buen humor (aderezados por buen vinillo de la zona), reinaron en toda la jornada que SUPO A POCO pero ya se sabe lo bueno si breve…..
No quepa duda que lo repetiremos siguiendo fieles a nuestro objetivo de unir el conocimiento del patrimonio, la convivencia y la diversión.